jueves, 21 de agosto de 2008

PISTOLA PARA PERFORAR

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Muchos conocemos la famosa pistola para perforar, muchos sabemos dónde se puede obtener una perforación con ella, muchos nos hemos perforado con esta, incluso, muchos nos hemos enfrentado a las complicaciones por su uso, pero ¿quienes se han preguntado realmente sobre el daño que puede causar el uso de tal pistola?

Justo hace unos días tuve otra experiencia con una persona que se había perforado con la pistola, en este caso fue un “simple” lóbulo, el resultado de la perforación no fue diferente a otros que me han llegado con el arete o incluso con la mariposa completamente encarnada en la perforación. Durante años, han llegado a mi estudio diversas personas con este tipo de problemas en nariz, septum, labio, pezón, ombligo y lengua; en algunos casos, nosotros como perforadores, podemos quitar la pieza, pero en otros se necesita la ayuda de un médico, desde un dermatólogo hasta cirujanos.

Muchos creen que la pistola es una manera rápida, fácil, barata, indoloro y conveniente para hacer una perforación, pero la realidad es otra, sobre todo en términos de higiene, daño al tejido y la joyería, aquí explicaremos un poco más a fondo.

Las pistolas pueden poner al seudo perforador y al cliente en serios problemas al estar en contacto con sangre o fluidos corporales de los clientes anteriores. Ya que por un lado, la esterilización del aparato es imposible, pues la mayoría de ellos contienen partes de plástico que no soportan el calor de un autoclave. La limpieza de las partes externas con alcohol -la manera que más común para limpiarla que hemos visto- es completamente inadecuada, incluso aunque en algunas partes se usen las toallas antisépticas que a veces llegan a matar algunos patógenas, no van a poder eliminar las patógenas en el interior del aparato y como ya todos sabemos, el virus de la hepatitis puede permanecer con vida por largos periodos, poniendo en riesgo a los usuarios.

Además, como en todo, las pistolas llegan a fallar y en ocasiones no se logra pasar la pieza al primer intento, provocando que al quitar la joyería del aparato para intentar rehacer la perforación, se corre el riesgo de que el sangrado provoque la contaminación del mostrador, la tienda y los involucrados. Hay que saber que los “cursos” que se dan a las personas que manejan las pistolas son sólo para disparar, por lo cual no tienen ni la más mínima idea sobre qué hacer en caso de fallas de este tipo, sangrados, desmayos, infecciones, entre otros y es claro que sus proveedores nunca les hablan de estos riesgos potenciales.

Los aretes fabricados para las pistolas parecen ser filosos pero es bien sabido que este tipo de aretes no tienen suficiente filo para lograr una buena y limpia perforación, provocando un daño mayor al tejido que puede desencadenar en infecciones, cicatrizaciones hipotrofias y traumas excesivos. En partes del cuerpo diferentes al lóbulo, el daño puede ser mayor, ya que el poste no tiene la forma ni medida apropiada, y aun los aretes convencionales del lóbulo, también tienen este mismo problema por lo que pueden afectar el proceso de cicatrización.

Así que si realmente te quieres perforar lo mejor es que busques a un profesional en la materia que use únicamente equipo estéril, agujas de un solo uso y fabricadas para este fin, además, los materiales para una perforación inicial deben ser de de grado de implantación. ¿Porque arriesgarse? Investiga, infórmate y elige lo mejor, recuerda, tu salud está en juego.

A.P.P.
Association of Professional Piercers
www.safepiercing.org

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